JOSÉ LUIS PEREIRAǁ Ágil y breve, descarada, limpia, honesta, sensual y frívola; pero también ardiente, aleccionadora y divertida; sugerente, cruel, directa, triste y entusiasta… así y mucho más es la novela de Maynor Xavier Cruz, quien bajo el título de La perseguidora narra los eventos de una pareja de amantes con marcada diferencia de edades y sus interesantes desencuentros.
No, no hay escenas de sexo, pero están implícitas en las observaciones que el personaje revela frente a su psicóloga in fieri, o bien en las apasionadas alusiones a la tradición literaria que, como piezas probatorias, devuelven a la literatura su valor real, el respeto perdido, su dignidad. Las pequeñas traiciones que al final resultan irrelevantes, convencen que en el juego de la vida no hay que tomarse las cosas en serio, aun cuando el juego llega a ser desolador e hiriente. Sus personajes son sumamente optimistas, porque enfrían la tragedia cotidiana con la gracia del sarcasmo oportuno y con un sólido sentido de la amistad. Respecto a su autor, Maynor Xavier Cruz, no hay nada que pedirle a quien ha sabido darlo todo con la gracia de un verdadero maestro del relato.
Terminar la lectura de La perseguidora deja en el lector, igual que los clásicos, una sutil melancolía.