El plan de los animales

EGLA HERNÁNDEZǁ ¿Quién de ustedes gustaría leer a sus hijos una historia que empiece con una descripción desagradable y asquerosa de sus personajes principales? Pues, yo les aseguro que sí lo haría, más cuando se trata de una obra redactada por el mismo autor de la novela “Charlie y la fábrica de chocolate”; el distinguido escritor Roald Dahl, de ascendencia noruega, nacido en un pequeño pueblo de Gales un 13 de septiembre de 1916, incursionó al igual que todos los amantes de la pluma, en la poesía, narrativa y dramaturgia. Publicó a lo largo de su carrera más de 17 obras infantiles, dentro de las cuales se encuentra el libro que es objeto de esta reseña titulado Los Cretinos, es una obra dirigida al público infantil, en cuya página inicial se lee una dedicatoria: “para Emma”, posiblemente esta haya sido una joven o una niña, no se sabe a ciencia cierta la identidad de la misma.

La novela consta de 29 capítulos si se les puede definir así, ya que son muy cortos y hacen un total de 105 páginas. La historia es intrigante desde su inicio, cuenta con ilustraciones elaboradas por el dibujante británico Quentín Blake, cuyas características principales es que aparentan estar elaboradas en momentos de hiperactividad como si las hubiesen hecho los mismos niños, con muchos trazos desordenados, ausentes de prolijidad que hacen de los dibujos una especialidad, pero retomando la trama, según lo señalé al inicio, arranca con una descripción de los dos personajes principales, el señor y la señora Cretino, una pareja de esposos que al igual que sus particulares nombres son terriblemente feos, no solo  en el aspecto físico, sino también mental, espiritual y psicológico, en los primeros capítulos se lo pasan entre ellos mismos, imponiéndose las bromas más inverosímiles que se podrían imaginar, esta introducción hace que la historia se torne graciosa y por ende un tanto más atrayente para el lector, sin embargo ellos no son los únicos de la historia, por consiguiente le suceden una familia compuesta por cuatro monos y un ave enorme llamado Pájaro Gordinflón, dotados del habla y de pasiones humanas, en conjunto enseñan la importancia de valores primordiales que cómo personas debemos practicar e inculcar a nuestros hijos, como por ejemplo, la amistad, trabajo en equipo, justicia, solidaridad, paciencia, bondad, gratitud.

En consecuencia, Roald Dahl pasó a la historia como un maestro de la literatura infantil luego de su fallecimiento en noviembre de 1990, impuso a esta obra un momento de suspenso en los capítulos centrales, cuando todos los animales elaboran un plan para liberarse de las garras de los malvados Cretinos que son a su vez los personajes antagónicos.

Dicho esto, la moraleja de este magistral trabajo exclusivo de literatura infantil es el que todo niño o niña espera, el bien triunfando sobre el mal, los malos al final de los tiempos siempre merecen un castigo y los buenos a pesar de haber sufrido durante toda la trama viven felices para siempre.

Egla Hernández, (Managua, 1982). Abogado y Notario Público. Máster en administración y acceso a la justica por la UNAN-Managua. Premio en concurso de dibujo así es mi Nicaragua, Mined 1990.Becaria en curso sobre Democracia Participativa. Estocolmo, Suecia,2009. Participante de taller de poesía impartido por el Profesor Víctor Ruiz, UNAN-Managua, 2015. Participante del concurso de Haikus en el XI Congreso Internacional de Haiku-2020, Evento organizado por el Instituto Tozai y la Fundación Internacional Tozai, Universidad de Argentina, el jurado de este concurso seleccionó uno de sus Haikus para ser publicado.

Actualmente publica poemas y escritos en su blog personal: Autora de Elegías.

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