ENRIQUE GRANADOSǁ Cuando Rómulo Gallegos publicó su novela Doña Bárbara (1929), ya había escrito otras dos que pasaron desapercibidas dentro de su país; también había coqueteado con el teatro escribiendo un par de obras, quizá ese momento en este género literario lo hizo darnos una calidad de diálogos en esa tercera novela que se volvió un clásico latinoamericano y quizá la mejor novela regionalista dentro del continente.
Dividida en tres partes, y con un narrador omnisciente se ambienta en la propia Venezuela, en los llanos de Apuré, zona del Arauca, frontera con Colombia, y es ahí donde Santos Luzardo y la protagonista nos dan esta joya narrativa.
Confieso que le tengo pavor a los libros clásicos de la literatura, por eso trato de esquivarlos, y me pasó el caso con esta novela. Solo con el nombre de la novela me puse atento, pues me sugirió que estaría conociendo a una hembra mestiza, sensual, inteligente y salvaje, coincidiendo con alguien que conozco y que vive sin ficción en mi territorio; pero esa es otra historia.
Efectivamente, Doña Bárbara hizo honor a su nombre, y también como personaje antagonista, en el que trascendió, mientras que Santos Luzardo fue el hombre que complementó esta historia.
Con estos caracteres definidos, los personajes secundarios tomaron el bando que les convenía y es cuando el autor se despacha bien y desarrolla el conflicto, en una trama que desnuda todo lo que sucede en el Hato La Barquereña, misma que fue divida en los Hatos Altamira y El Miedo.
El narrador se centra en un eje de enfrentamientos de esfuerzos civilizadores contra la barbarie en la venezolana rural, lo que también sucede en nuestro continente y lo veremos en obras que fueron surgiendo en cada país.
Con el tema del amor y lo vernáculo del habla popular, describe cómo vive el campesino, el terrateniente, el funcionario público, el ladrón y el matón, cómo duerme y se despierta el llano, una magnífica descripción de la selva, el clima, los animales y cómo se comportó el ser humano, aquí nos narra de una adolescente errante a la que le negaron sus esperanzas, pues le asesinaron a su primer amor, Asdrúbal, además, fue salvajemente violada por decenas de hombres, sobrevivió, después vino la venganza y tuvo una hija no deseada (Marisela) de un terrateniente (Lorenzo Barquero) al que nuestra protagonista dejó en la calle.
Doña Bárbara fue una novela a la que llegué tarde, aunque no negaré que me sorprendió el talento de este escritor venezolano. A casi un siglo que fue publicada, la recomiendo como una verdadera joya latinoamericana, la que hizo al autor ser reconocido a nivel internacional y descubrí el porqué.