ALDO ALDANAǁ El escritor ibérico Benito Pérez Galdós ha dejado títulos bastante conocidos en el romanticismo, también en las generaciones de los millenials que han tenido que leer de forma obligatoria durante la secundaria a Marianela, una de sus mejores novelas. Publicada en 1878, Marianela alcanza un gran nivel psicológico con sus personajes porque ha logrado mantenerlos actuales.
La historia describe a Pablo, el ciego que amaba a Marianela, ella su lazarillo y una amiga consciente de los juicios a los que era objeto en Aldeacorba por su baja estatura, por ser pecosa y para todos fea, excepto para el ciego.
Podría parecer a primera vista un discursillo más de amor y tragedia, pero el despliegue de lenguaje descriptivo, poético y contemplativo de Galdós, hacen caer al lector en una profusión de imágenes cotidianas y la penuria de los despojados. Una novela humanista podría decirse, pues pone en el centro la ardiente necesidad de la ciencia en favor de la empatía y el desarrollo del hombre para dejar la ignorancia y sus males.
Se adivina la intención de poner en los jóvenes (mujer para ser más revolucionarios) la esperanza que llevaría pensadores como Marx a plantear la lucha de clases, deja en evidencia el enfrentamiento del progresismo y la hipocresía religiosa y como cenit, la destrucción de Marianela.
Encarna el desastre de la sociedad que abandona a la juventud que busca de forma desordenada el escape en la violencia, la emigración o la muerte. Una constante que nos permite mirar atrás pero también hacia nuestro tiempo y encontrar proximidades.
¿Un libro aburrido? Sin duda que obligar a leer a la generación del videojuego, Dragon ball y las bandas juveniles de pop ha sido un error. A mis 33 años no pude tener una segunda lectura, sin embargo, procuro este año disfrutarla de nuevo. Por otra parte, la editorial Penguin ha sacado una edición genial con estudio preliminar y notas al pie para aquellos que no han iniciado a leerla y quieren acompañarme con esta lectura.