ALDO ALDANAǁ Ernesto Castro Herrera publicó su libro de cuentos Mausoleo de Pájaros en 2021 bajo el sello de Ediciones La Chancha. En esta obra se aglutinan 10 cuentos (Afuera siempre es mejor, Estaciones de un calvario, Simulacro, Muñón, ¿Estás feliz, muertito? Jenga, Póstulas de fe, Frente a tu pira, con dulzura, Mausoleo de pájaros), en los que se condensa los anhelos de toda una generación de jóvenes que son parte de la acera de los silenciados, de los que no siguen las pautas, de los que no reverencia el poder pero que, a su vez, huyen despavoridos de las capas de superhéroes. Sus personajes deambulan esperanzados en un futuro, pero pronto sus sueños quedan retorcidos en la realidad, a los que se suman de una forma tal que se les puede acusar de indiferentes, aunque “… la variedad de opiniones era preferible a la indiferencia” nos dirá en uno de sus relatos.
Al hablar de este libro me resulta imposible abstraerme de la historia que conozco del autor. Ernesto Castro Herrera es de Matagalpa, lo descubrí en Facebook y quedé prendado de su apariencia de niño soñoliento y ausente, sin duda alguna un buen lector. En su biografía se contará que dejó de estudiar su carrera universitaria en el turno regular y se trasladó para los sábados solo por tener más tiempo para leer. En sus redes sociales suele deleitarnos algunas veces como muy buenas muestras de micro relatos, estoy seguro no intencionales, pero que logran su cometido: ser leídos.
En sus cuentos se adivina una oralidad exquisita, se acusa la habilidad de un ser que ha aprendido de escribir leyendo. Hay en cada cuento una historia bien estructurada, con ambientes tan bien logrados que solo le queda al lector el placer del relato, de la anécdota, de las vivencias cotidianas de sus personajes, que solo finalizados nos enteramos que tienen un deje de oscuro o de tristeza, ante la realidad que abruma y que sepulta, como ya dije, los anhelos de toda una generación.
Con toda seguridad afirmo que, las horas de lectura han sido aprovechadas por Ernesto, ratón de bibliotecas digitales, coleccionista incansable de bites en pdf y epuds.
Hay ansias de libertad en sus relatos, las peripecias de jóvenes que, al salir de la secundaria, o en sus años de universidad, dibujan las perspectivas de sus sueños en las nubes imprevistas de la burocracia, las influencias traficadas entre cargos, cuotas de poder y desilusiones de una realidad de puestos monótonos, que sepultan en mausoleos desde talentos hasta expresiones de arte, en un país que se dice de poetas, pero no entienden a los artistas.
Afuera siempre es mejor abre esta pequeña y bien estructurada colección. Desde este primer relato se sienten las ansias juveniles por abandonar el nido, por volar, emigrar, dejar el pueblo y asentarse en la ciudad. Herrera en su último cuento, que da título a la colección, usa la figura bucólica de una niña que siente una extraña fascinación por un personaje que para todos resulta perturbador y oscuro solo por coleccionar pájaros, no les diré como. Y es que señores, no es posible entender la necesidad de volar sin sabernos seres vivos que no podemos eludir a la muerte. Y es la muerte la que en Frente a tu pira, con dulzura, el autor nos conmina a preguntarnos “¿Qué es la muerte si no una repetición de lo predecible?” y ¿Estás feliz, muertito?, el otro relato donde el autor nos llevará a la contemplación de este bien inherente a la vida que más nos atemoriza, que más ignoramos y que más intentamos eludir.
La libertad y la muerte, nuestras reacciones ante ambas, desde la perspectiva de jóvenes ingenuos con ganas de volar como pájaros y dejar el pasado, son los temas centrales que logré captar en el discurso que este joven. Hay que destacar además que este discurso no se aborda desde la común forma de hacerlo por la generación de millennial, los que padecemos traumas de una guerra que no vivimos, y que seguimos peleando con adversarios de ideas políticas ya decadentes. El campo de acción, se aleja de los nichos comerciales y se aprovecha de la más sencilla realidad para denunciarla, con oraciones fuertes sin abandonar la ironía.
Me da tantísimo gusto que autores jóvenes se atrevan a escribir y que encuentren sellos editoriales que les apoyen, sobre todo con la calidad, capacidad imaginativa que tiene Ernesto Castro Herrera, no en vano se devoran libros, ahora hay que dejar que salgan a volar afuera lo que anida en nuestros cerebros.