ANNIE HODGSONǁ Flores para Algernon (1966) escrita por Daniel Keyes, psicólogo y escritor estadounidense más conocido por esta novela. Antes de convertirse en novela fue publicada como un cuento de ciencia ficción en 1959, ganando el premio Hugo al año siguiente, y cuando fue ampliada ganó el premio Nébula de novela en el mismo año de la publicación. Ha tenido dos adaptaciones cinematográficas, en 1968 con una película llama Charly y en el 2000 para la televisión.
Al inicio de la novela cualquier persona que sepa de ortografía tiene un choque colosal, pero esto no es más que un artificio brillante propia de la narración:
“Yoqiero solo acerme listo como los otros demodo que pueda tener muchos amigos que me qieran”
El protagonista Charlie Gordon, un hombre de 32 años con un coeficiente intelectual de 68 es escogido para ser un sujeto de prueba de una cirugía para elevar su inteligencia, y para esto le indican que debe escribir un informe de progresos todos los días, antes y después de la cirugía para tener data del éxito de la misma. Él es quien nos relata todo lo relacionado a su alrededor y cómo interactúa en ello.
Charlie ha tenido una vida miserable, sus padres lo abandonaron debido a su retraso mental y por vivir en una época en que era incomprendido. Le dejan con un tío paterno quien hace prometerle a su amigo que el chico tendrá techo, comida y trabajo en su panadería. Ahí tiene compañeros de trabajo que tratan de divertirse a costillas de Charlie, es su conejillo de indias para las bromas.
Esa clase de injusticia hacia un ser vulnerable que ha nacido con un déficit, o desventaja con respecto a otros es uno de los temas centrales al inicio de la historia. Desde muy pequeño Charlie ha sido tratado de esa manera, a diferencia de una compañera de trabajo que le habla de una escuela para adultos con retraso mental, ya que ve que él tiene deseos de aprender a leer y a escribir. Justo ahí conoce a Miss Kinian, una entrañable maestra dedicada a sus estudiantes que les insta a mejorar.
Miss Kinian señala a Charlie como el mejor estudiante de su clase, por lo que, es elegido para el estudio que están haciendo unos especialistas. Han realizado la operación con éxito en un ratón llamado Algernon que muestra señales de inteligencia con respecto a un ratón promedio: le construyeron una trampa con laberintos que supera con el tiempo.
A Charlie le realizan muchos test para ver si puede ser útil para el experimento, estos los realiza el becario Burt de la universidad Beekman, misma que financia la escuela a la que asiste Charlie. Los especialistas encargados de la investigación son el Dr. Strauss y el Dr. Nemur, reconocidos profesores con un historial impecable.
Al comprobar que Charlie es el sujeto apto para el proyecto anhelado, los doctores le lo operan y resulta un éxito. Debido a la poca comprensión de Charlie él se frustra porque no progresa tan rápidamente como esperaba, pero Burt le insta a ser más paciente, al igual que Miss Kinian, quien le asiste para que aprenda desde lo más sencillo hasta que su cerebro tenga un avance inimaginable para recabar más conocimiento. El Dr. Strauss quiere lo mejor para Charlie, y le deja entrever lo importante de atender a sus citas psicológicas:
“Cuánto más inteligente te vuelvas, más problemas tendrás, Charlie. Tu crecimiento mental va a superar a tu crecimiento emocional. Y creo que, a medida que progreses, descubrirás muchas cosas de las que querrás hablarme. Quiero simplemente que recuerdes que es aquí donde tienes que venir cuando necesites ayuda”.
La novela nos muestra a un Charlie que recién empieza a descubrirse a sí mismo y a los que le rodean. Debido a su condición anterior era muy difícil retener información nueva, pero con la cirugía iba aprendiendo a una velocidad insuperable, lo que a muchos les costó años de estudio él lo entendía en apenas unas semanas:
“Había sido arrancado de la oscura caverna de mi mente, para formar parte de algo más… exactamente la misma sensación que tuve el otro día en el diván de psicoterapia. Era el primer paso hacia el universo… más allá del universo…en el cual y con el cual nos habíamos unido para crear y perpetuar el espíritu humano”, dice una de las citas.
Por este repentino brote de genialidad se siente más incomprendido que antes, ya que lo ignoraba y no prestaba atención. Esto le genera ciertos conflictos internos que exterioriza al intentar abordar temas complejos con supuestos expertos en cada materia, pero esto no es más que una forma de evadir los recuerdos de su infancia que empiezan a atormentarle a medida que avanza el proyecto.
Se da cuenta que siempre había querido ser un hombre como los demás, o un niño que hiciese sentir orgulloso a sus padres y poder ser un hermano del cual su hermana pudiera fanfarronear. Ahí, en lo más profundo de sus recuerdos, se escondían esos anhelos que nunca pudo cumplir y que le hacen daño cada vez que los rememora en sueños donde no puede distinguir el rostro de su familia.
Aún con estos recuerdos dolorosos es capaz de abrirse a Miss Kinian o como le llama más adelante: Alice. Con ella aprende poco a poco sobre el amor, al principio de una manera torpe como un adolescente y luego como un hombre con conflictos que no quiere arrastrarle a un sufrimiento seguro. Porque uno de los efectos adversos que podría tener la cirugía era que sufriera un retroceso igual o peor que antes de esta.
Hay tantos matices por explorar en esta historia además de los descritos. Un ser humano que no se sentía tratado como tal por los demás que le rodeaban, apenas y le daban su compasión, pero no el cariño que necesitó desde siempre. Charlie decae lentamente, y a pesar de saberlo su propia mente que lo elevó lo traiciona al no comprender el significado detrás de una novela clásica española:
“He leído un libro sobre un hombre que se creía caballero y que partió a lomos de un viejo caballo con su amigo. Pero, hiciera lo que hiciese, siempre terminaba vencido y apaleado. Como cuando creyó que los molinos de viento eran gigantes. Al principio pensé que era un libro estúpido, ya que si no estaba loco tenía que darse cuenta de que los molinos de viento no eran gigantes y que los magos y los castillos encantados no existen, pero luego recordé que, tras todo esto, se suponía que el libro tenía otro significado…algo que no decía la historia, aunque lo sugiriera”.
El viejo Charlie se asoma, así como su inocencia que lo caracterizaba, y por la cual sus otros amigos que antes se burlaban lo extrañan. Después de subir a una gran cumbre del conocimiento le toca descender nuevamente a esa caverna donde estaba escondido, de donde le sacaron y estaba cómodo. Quizás no logramos comprender porqué debía ser así, pero fue para el propio bien de nuestro protagonista que necesita esa tranquila ignorancia en la que vivía. Antes de que su mente se volviera a oscurecer le suplicó a Burt que le llevara flores a su gran compañero en este proyecto: Algernon.